Por los cuatro rumbos cardinales con caña y ruda, con hojas de coca y aguardiente, con un pozo como si fuera su boca o hasta en el patio de casa. Lo que importa es el sentimiento y el compromiso con la tierra que es la vida.
En tiempo difíciles es quizás cuando uno se aferra a la naturaleza como sostén de los principios que dieron la vida. Por eso, cuando llega el mes de agosto que se celebra a la Pachamama es la tierra la que recibe ofrendas y todos quieren saber de qué se trata.
En junio, el Inti Raymi es la celebración dedicada al Sol a través del fuego y a la Pachamama se la ofrenda en la tierra y se hace en estos tiempos que nos preparamos para las nuevas siembras. Se pide por abundancia, lluvia donde hace falta agua, buenas cosechas y reproducción del ganado.
Las tradiciones ancestrales reviven Tucumán, Catamarca, Salta y Jujuy
En la zona de El Nogalito, la celebración tuvo una importante convocatoria, mostrando como este rito ancestral va cobrando nuevamente el lugar que le corresponde, ya que esta práctica fue prohibida desde la época de la colonización, pero paulatinamente va recobrando su lugar de preponderancia y las nuevas generaciones la van adoptando como propias.

«En la tierra, se abre un hueco y se ofrenda el agua, vino y alimentos», explican quienes llevan adelante la ceremonia de ofrenda. «La razón de que sea agosto el mes de la Madre Tierra es que “en éstos tiempos preparamos la tierra para las nuevas siembras”, y luego añade que en la zona de los Valles Calchaquíes es donde más celebraciones se realizan.
«Todos dan de comer a la tierra: instituciones, escuela, colegio, cooperativas, clubes, después cada uno en su casa, obviamente. Y algunos hacen en familia que en un día hace toda la familia junta”. El viernes 1 de agosto, es el día central de la conmemoración, se hacen ceremonias tradicionales de ofrenda y convite a la Madre Tierra y de esta forma, durante todo el mes se suman actividades que invitan a seguir el camino de la tierra y la espiritualidad andina.
En suelo tucumano una clave es Amaicha del Valle, donde cada familia rinde homenaje a la Pachamama. La Bodega comunitaria Los Amaichas también realiza la celebración. Si los viajeros están recorriendo los valles tucumanos van a poder compartir este momento en la Bodega Luna de Cuarzo sobre Ruta 40 en el kilómetro 4305 en Colalao del Valle, donde se abre su corazón el sábado 2 de agosto a las 11 para compartir el ritual.
“La Pachamama es el comienzo de un año con expectativa. Nosotros estamos ahora en época de poda que es el proceso donde comienza la parte de la viña. A partir de ahora, como en todos los cultivos de la zona, es el momento en que el sol comienza a volver y a calentar un poquito más la tierra, y es el momento de plantar. Esto significa esperar con la semilla el crecimiento de algo nuevo, tanto en la agricultura, pero también en nuestros deseos, alegrías y esperanzas”, dijo Silvia Gramajo, que desde su finca y bodega Luna de Cuarzo celebra a la tierra.