Por Carlos Ale (*)
Tucumán. La crisis del transporte en San Miguel de Tucumán es un problema que los vecinos sufren todos los días y que no admite más dilaciones ni excusas. A pesar de los discursos y de las puestas en escena, la gestión municipal ha mostrado una alarmante falta de planificación para enfrentar la situación.
La intendenta Rossana Chahla y su equipo insisten en presentar medidas superficiales —como el anuncio de cámaras o GPS en los colectivos—, que en nada resuelven el verdadero drama que padecen miles de tucumanos cuando esperan durante horas un servicio deficiente, caro y cada vez más inseguro. Hablar de tecnología sin garantizar lo esencial —frecuencia, accesibilidad y seguridad— es, simplemente, vender humo.
El ejecutivo municipal se limita a responsabilizar a otros niveles del Estado, como si los problemas de calles rotas, barrios abandonados y servicios incumplidos fueran cuestiones ajenas a su gestión. Esa actitud de mirar hacia otro lado solo profundiza el malestar social. La intendenta no puede seguir refugiándose en la narrativa de que “hizo su parte”, porque los hechos hablan más fuerte que los discursos: los vecinos siguen esperando soluciones reales.

En cada barrio, en cada esquina, se repite la misma historia: familias que no pueden llegar a tiempo al trabajo, estudiantes que pierden clases por la falta de colectivos, adultos mayores que deben caminar largas cuadras porque la frecuencia es insuficiente. La gestión municipal no puede desentenderse de esta realidad cotidiana.
Tampoco es aceptable que Chahla intente proyectar hacia la prensa nacional una imagen de gestión moderna y eficiente, mientras los vecinos de San Miguel de Tucumán ven que en su propia ciudad no se cumplen las promesas más básicas. El contraste entre el relato y la realidad es cada vez más evidente.
Lo que se necesita es un plan integral de transporte, con inversión real, control efectivo sobre las empresas prestatarias y obras que garanticen calles transitables y seguras. Todo lo demás son anuncios vacíos que no cambian la vida de la gente.
Es hora de que la intendenta Rossana Chahla, junto con el ejecutivo municipal, asuman la responsabilidad que les corresponde. Gobernar no es delegar culpas ni posar para los medios: gobernar es dar respuestas concretas a los problemas de la gente. Y en materia de transporte, hasta ahora, esas respuestas no existen.
(*) Concejal San Miguel de Tucumán