Con más de dos siglos de historia, la bandera argentina más antigua que se conserva forma parte del patrimonio del Museo Histórico Nacional, en la Ciudad de Buenos Aires. Se cree que esta pieza fue utilizada por Manuel Belgrano durante la campaña del Alto Perú, específicamente en 1813, aunque ciertos detalles aún no cuentan con confirmación absoluta.
Según registros del museo, la bandera acompañó al ejército de Belgrano hasta las cercanías de la batalla de Vilcapugio. Tras ese combate, el líder independentista se instaló en Titiri, cerca de Macha, donde acordó con el cura Juan de Dios Aranívar ocultar dos banderas en la iglesia local, como medida de protección ante la amenaza de saqueos. Estas permanecieron escondidas durante casi 70 años, tras ser ocultas detrás de cuadros religiosos.
El hallazgo se produjo en 1883, cuando el padre Martín Castro retiró dos marcos en el templo de Macha y encontró las banderas intactas. Una de ellas presentaba el diseño que hoy reconocemos como nacional: dos franjas celestes y una blanca. Su gran tamaño llevó a los expertos a concluir que no eran banderas de batalla, sino de artillería o puntos de reunión.
En 1896, una de las banderas fue trasladada a la Argentina y pasó a integrar la colección del Museo Histórico Nacional. La otra permanece en Bolivia, exhibida en el Museo Casa de la Libertad de Sucre, reflejo del vínculo histórico entre ambas naciones.
Ya en Argentina, la falta de conocimientos sobre conservación textil causó daños considerables al símbolo patrio. Para revertir esta situación, entre 2007 y 2009 se ejecutó un minucioso plan de restauración encabezado por especialistas como Patricia Lissa y María Pía Tamborini. El trabajo incluyó limpieza, documentación, estabilización del tejido y montaje sobre una tela soporte, cuya tonalidad verde refleja el paso del tiempo, en línea con criterios de restauración moderna.
Finalmente, la bandera fue reexhibida en 2010 durante los festejos del Bicentenario. Hoy, conservada en una vitrina con condiciones controladas, representa no solo un testimonio tangible de los inicios de la Nación, sino también un ejemplo de preservación del patrimonio y memoria colectiva.
