Tucumán. En diálogo con Radio Mía 101.1, durante el programa Tucumán al Día, el concejal Carlos Ale realizó un duro diagnóstico sobre la gestión municipal en San Miguel de Tucumán, enfocándose en el sistema de transporte público y en el uso del espacio urbano, dos problemáticas que —según advirtió— reflejan un “estado de anarquía” que afecta de manera directa al vecino.
Transporte público en crisis
Ale cuestionó la falta de control sobre las empresas concesionarias, muchas de las cuales —dijo— “ni siquiera tienen sus concesiones al día” y aun así continúan circulando. A esto se suma el mal estado de las unidades, con problemas de higiene, ausencia de aire acondicionado y recorridos incompletos, especialmente en horarios nocturnos.
“Hoy el vecino queda varado en el centro o en los barrios porque los colectivos no cumplen la frecuencia. El servicio está degradado y el pasajero es siempre el damnificado”, afirmó el edil, subrayando que incluso los subsidios millonarios que recibe el sector no se traducen en mejoras.
Falta de decisión política
Para Ale, el problema central es la inacción municipal. Criticó que la intendenta haya deslindado responsabilidades en la provincia, cuando —según sostuvo— “el municipio es el que tiene la potestad de controlar la circulación, la concesión y el servicio”.
Además, recordó que en campaña se había prometido resolver la crisis del transporte en 180 días, pero después de casi dos años “solo se colocaron algunas paradas y se implementó el carril único”, medida que calificó de contraproducente porque “entorpece el tránsito en calles angostas y perjudica a taxistas, cadetes y particulares”.
Ordenanzas en letra muerta
El concejal también señaló la falta de respeto institucional al destacar que muchas de las ordenanzas aprobadas por el Concejo Deliberante quedan “en letra muerta”, ya que no son promulgadas ni aplicadas. “Se congelan los problemas porque no hay decisión política. El municipio tiene estructura y funcionarios para controlar, pero no lo hace”, sostuvo.
Espacio público desordenado
Más allá del transporte, Ale advirtió que la misma lógica de descontrol se repite en el uso del espacio público. La venta ambulante volvió a ocupar las peatonales, a pesar de intentos previos de reubicación, y la actividad de limpiavidrios y cuidacoches se desarrolla sin reglamentación, generando situaciones de presión e incluso violencia hacia los automovilistas.
“El vecino perdió el hábito de respetar normas porque nadie se lo exige. La anarquía se ve en el tránsito, en la calle y en el espacio público en general”, expresó.
“Todo se resuelve con decisión política”
Finalmente, Ale insistió en que tanto el transporte como el ordenamiento urbano podrían encauzarse si hubiera voluntad desde la gestión: “Cuando existe decisión política, la gente acompaña, porque la mayoría quiere trabajar tranquilo, cómodo y en regla. El problema es que hoy no hay control, y sin control, la ciudad vive en el desorden”.
