En su paso por el programa Tucumán al Día, el economista Eduardo Robinson analizó la coyuntura económica y política de la Argentina en la última etapa de 2025, marcada por la incertidumbre electoral, la tensión cambiaria y el enfriamiento de la actividad productiva.
Incertidumbre como factor central
Robinson subrayó que la inestabilidad actual no responde a una escasez extrema de divisas, sino a un clima generalizado de desconfianza. “La economía es una ciencia social condicionada por el comportamiento humano, lo más impredecible que existe. En ese marco, el dólar se mantiene como el refugio preferido de los argentinos, una suerte de arca de Noé frente a la tormenta”, señaló.
El economista advirtió que, más allá del nivel del tipo de cambio, lo que preocupa al mercado es la capacidad del gobierno para introducir reformas estructurales que otorguen previsibilidad a la macroeconomía.
Anuncios externos y desgaste de la palabra
En relación con el respaldo internacional, Robinson recordó que los anuncios recientes del presidente estadounidense Donald Trump y de su secretario del Tesoro, Besent, generaron una breve estabilidad en los mercados, con baja del riesgo país, suba de bonos y descenso del dólar. Sin embargo, aclaró que la falta de concreción debilitó esos efectos.
“Cuando las palabras no se transforman rápidamente en hechos, pierden credibilidad. Los mercados necesitan señales concretas, no gestos ni fotos”, afirmó. En esa línea, mencionó que un paquete de ayuda de magnitud —del orden de los 20.000 millones de dólares— podría funcionar como un “cisne negro” capaz de alterar de manera positiva las expectativas.
Crédito estrangulado y consumo en retroceso
Robinson dedicó parte de su análisis al impacto de la política monetaria reciente, que derivó en un estrangulamiento del crédito. Con tasas cercanas al 90%, el financiamiento a las pequeñas y medianas empresas prácticamente se paralizó.
La situación también repercute en los hogares: “Muchas familias dependen de la tarjeta de crédito para llegar a fin de mes, pero lo hacen a un costo altísimo. Eso incrementa el endeudamiento y reduce la capacidad de consumo, lo que ya se refleja en una caída cercana al 1% en agosto”, advirtió.
Reformas estructurales y calendario político
De cara al futuro, el economista insistió en la urgencia de avanzar en cambios de fondo, tanto en el sistema previsional como en el mercado de alquileres, actualmente desordenado tras la derogación de la ley.
Respecto del calendario político, recordó que octubre es un mes electoral clave y que en enero de 2026 tendrá lugar la renovación parcial del Congreso. Asimismo, alertó que diciembre y enero son históricamente períodos de alta conflictividad social y económica en el país. “El desafío es atravesar el verano con estabilidad. La política deberá dar señales firmes para reducir la incertidumbre”, subrayó.
Confianza, la clave del futuro
En su diagnóstico final, Robinson fue contundente: “La Argentina no está asfixiada por la falta de dólares. El país tiene potencial en minería, energía y agroindustria. El verdadero problema es la confianza. Lo que el mercado quiere saber es si el Estado podrá cumplir con sus vencimientos. Y la respuesta dependerá de la capacidad política para llevar adelante las reformas necesarias”.
