En un mano a mano con Tucumán al Día, Ricardo Cecilia, productor agrícola y uno de los referentes de Sociedad de Productores de Frutas, Hortalizas y Afines de Tucumán, trazó un panorama alarmante sobre la realidad que atraviesa el sector agrícola en la provincia y el país. Con un tono cargado de preocupación, calificó la situación como “Tremenda histórica, yo diría casi terminal”, asegurando que los costos de producción son tan altos que en muchos casos “Los precios de venta no alcanzan ni para cubrir la cosecha”, lo que obliga a los productores a regalar o perder su producción.
Uno de los ejes de su crítica estuvo puesto en el aumento incesante de los insumos: “El combustible sube de manera incesante, lo hemos sufrido hasta dos veces por semana, nunca se vio algo así. Antes era un 5 o 7% al mes. No se puede planificar nada. Y lo peor es que el gobierno no lo veta, cuando el combustible mueve el país, mueve la producción, mueve el transporte”. A esto se suman las subas constantes en semillas, agroquímicos, aceite, neumáticos y baterías, que encarecen la actividad y dificultan la preparación de futuras cosechas.
La situación se agrava por la caída en la demanda y la baja de los precios de los productos agrícolas. Cecilia ejemplificó con el caso de la papa, que pasó de 1500 a 450 pesos por kilo en pocos meses. “Una bolsa de papa se vende en el mercado entre 3500 y 4500 pesos, pero en la finca el productor apenas recibe 2500 o 3000 pesos. Así no hay forma de reinvertir ni de guardar insumos para el año que viene”, lamentó.
El dirigente también hizo hincapié en el impacto social y generacional de la crisis. “Los hijos y los nietos ya no quieren seguir la finca. Prefieren un sueldito seguro antes que vernos sufrir como lo hemos hecho tantos años. Y nosotros, los que quedamos, no sabemos si vamos a poder terminar nuestras vidas siendo agricultores”, expresó con visible angustia.
Los fenómenos climáticos extremos completan el escenario adverso. Tormentas, heladas y lluvias excesivas han destruido cultivos enteros. “Hoy estamos rogando que no llueva. Muchos están arrancando lo que pueden antes de que empiecen las tormentas, aunque el precio sea bajo. A veces no queda ni para el consumo de la familia”, relató.
Finalmente, Ricardo Cecilia fue crítico con las políticas oficiales: “Antes los gobiernos controlaban el precio del combustible, del aceite, de los neumáticos y de los agroquímicos. Hoy está todo liberado. Hemos llegado a viejos y no entendemos hacia dónde nos llevan los gobiernos. Se veta el dinero de los jubilados y se veta la universidad, pero el combustible, que es lo que mueve la producción, lo dejan subir como quiere”.
El testimonio de Ricardo Cecilia refleja el sentimiento de desamparo y desconcierto de miles de pequeños y medianos productores que ven amenazada no solo su subsistencia diaria, sino también el futuro del campo argentino.
