En un contexto económico y habitacional desafiante, Romina Gordillo, presidente de la Cámara de Corredores Inmobiliarios de Tucumán, ofrece una radiografía precisa del mercado de alquileres en la provincia. Entre los puntos centrales, destacan la complejidad en los sistemas de actualización, la presión sobre inquilinos y propietarios, y la necesidad de reglas claras y previsibles para todos los actores del sector.
Índices de actualización: una fórmula que ya no equilibra
Gordillo advierte que uno de los principales focos de conflicto entre inquilinos y propietarios se encuentra en los mecanismos de ajuste de los alquileres, particularmente el Índice de Contrato de Locación (ICL). “La intención inicial era proteger al inquilino, promediando inflación y salarios. Pero en la práctica, los aumentos salariales pactados en paritarias semestrales distorsionan el índice. El resultado: subas que no siempre se condicen con el ingreso real del inquilino”, explica.
Aunque la inflación mensual se ha desacelerado, los ajustes por ICL aún se perciben como altos, y eso genera desconcierto en quienes alquilan. “Es esa sensación de que uno sube por la escalera y el alquiler por el ascensor”, grafica Gordillo.
Renegociación de contratos y vigencia legal
Otro punto crítico tiene que ver con las renovaciones anticipadas. Según Gordillo, muchas inmobiliarias reciben consultas de propietarios que buscan readecuar contratos aún vigentes, por considerar que el precio quedó desfasado. “El inquilino debe saber que tiene derecho a permanecer bajo las condiciones acordadas hasta el último día del contrato. Pero también es saludable fomentar el diálogo para lograr renovaciones consensuadas que reflejen la realidad del mercado”, señala.
Desde la Cámara, se insiste en la importancia de la información: “Lo peor que puede pasar es que el inquilino no conozca la letra chica del contrato o no sepa qué puede negociar. Nuestro rol es mediar con transparencia”, apunta Gordillo.
Una demanda creciente y una oferta limitada
Tucumán enfrenta una alta demanda de alquileres, especialmente de departamentos en zonas urbanas. “La provincia tiene un perfil universitario que atrae estudiantes de todo el país. A eso se suma el crecimiento poblacional y la falta de construcción nueva en tiempo y forma”, explica Gordillo.
Si bien en el último año se reactivaron algunos proyectos, los efectos en el mercado recién se sentirán en 2027. “La construcción de un edificio lleva no menos de tres años, y hoy muchas obras están paralizadas por el aumento de costos en materiales”, advierte.
Expensas, servicios y cambios en la infraestructura
A esto se suma el peso creciente de las expensas, especialmente en edificios de propiedad horizontal. Los rubros que más han aumentado son electricidad, gas, agua y los salarios del personal. “Hoy los consorcios deben ser creativos. Algunos están armando fondos de reserva para evitar saltos bruscos en las expensas”, detalla Gordillo.
Una tendencia que se intensifica es la desconexión del suministro de gas en edificios antiguos, lo que obliga a instalar sistemas eléctricos individuales. “Eso implica un costo alto que debe asumir el propietario, porque es una mejora estructural y no una obligación del inquilino”, remarca.
Construir una relación más cooperativa
A pesar de las tensiones, Gordillo destaca que la relación entre propietarios e inquilinos no es antagónica. “Estamos lejos de un escenario de conflicto. Lo que se busca es que el alquiler sea sostenible para ambos. Si el inquilino se va por no poder pagar, el propietario también pierde”.
La presidente de la Cámara subraya que los índices actuales muestran cierta estabilidad en comparación con los picos de un año atrás. Sin embargo, insiste en que es fundamental avanzar hacia un sistema que brinde previsibilidad y accesibilidad. “Lo que falta no son herramientas legales, sino voluntad para ordenar el mercado de forma más racional. Y para eso es clave la participación activa de los corredores matriculados, que somos quienes conocemos en profundidad cada caso”, concluye.