En una época marcada por la virtualidad y el individualismo, un grupo de referentes de la música folklórica decidió volver a las raíces. La chispa se encendió en una simple reunión de café en Buenos Aires entre amigos de toda la vida: Luis Soria, Pitín Salazar, Cuti, Roberto Carabajal y otros artistas que se conocen desde la década del 70. Lo que comenzó como una charla nostálgica derivó en una idea concreta: revivir la hermandad musical y llevarla al escenario. Así nació el proyecto “Unidos por el Folklore”, que tendrá su primera expresión pública en el Centro Cultural Virla de Tucumán este domingo 26 de julio a las 20:00 horas.
“La idea surgió de manera espontánea”, relata Luis Soria, uno de los impulsores de la iniciativa. “Nos encontramos después de mucho tiempo, compartimos recuerdos y sentimos que teníamos que hacer algo juntos otra vez”. Pitín Salazar agrega: “Fue una decisión natural. Hacía años que no nos veíamos, y el deseo de cantar juntos volvió como si el tiempo no hubiera pasado”.
El Encuentro de Juglares de la Música Folklórica no será un espectáculo convencional. Será una noche cargada de música, anécdotas, memoria y emoción. Sobre el escenario, se unirán artistas de Tucumán, Salta y Santiago del Estero, interpretando temas tradicionales y sambas poco conocidas que formaron parte del repertorio profundo del folklore argentino. También se rendirá homenaje a grandes compositores y amigos que marcaron el camino, con la intención de acercar ese legado a las nuevas generaciones.
Para los organizadores, el objetivo va más allá del recital. Se trata de un acto de rescate cultural y emocional, una forma de tender puentes entre el pasado y el presente, entre generaciones, entre territorios. “El folklore no es solo música”, subraya Soria. “Es una forma de vida, un mensaje, una manera de estar en el mundo. Nosotros queremos compartir eso con la juventud, transmitirles que esta música también les pertenece”.
Uno de los aspectos más significativos del encuentro será la revitalización de la camaradería que, según los músicos, definía las giras y festivales de décadas pasadas. “Antes, entre los artistas había crítica de bien, apoyo, una comunidad que se cuidaba y se potenciaba. Hoy eso se perdió un poco, y creemos que es hora de recuperarlo”, señala Salazar.
En ese sentido, también se cuestiona el rol de la tecnología. Aunque permite estar en contacto, no reemplaza el encuentro físico, el compartir un escenario, una comida o una conversación cara a cara. “Queremos volver a mirar al otro a los ojos, cantar juntos, emocionarnos, sentirnos parte de algo más grande”, coinciden.
“Unidos por el Folklore” es, en esencia, un acto de amor por la música y por la gente. Una celebración del canto colectivo, del reencuentro, del valor de lo simple y verdadero. Una noche que promete dejar huella no solo en quienes suban al escenario, sino también en cada espectador que entienda que el folklore sigue vivo, latiendo fuerte, esperando ser abrazado una vez más.
